El terror de las palmeras
El picudo rojo, este pequeño insecto, cuyas medidas rondan entre los 2 cm y los 5 cm, es el culpable de la muerte de miles de palmeras cada año en nuestro país.
Es una especie coleóptero curculionoideo , que entró en nuestro país en el año 1993 por la costa granadina y del que, hasta entonces, nadie en nuestro país tenía ni siquiera constancia de su existencia.
Pero, la cada vez más emergente actividad comercial internacional, hizo que este insecto de un color rojo muy característico llegase hasta España y, ahí, comenzaron sus innumerables daños en los diversos tipos de palmeras existentes en nuestro país.
Desde entonces, el picudo rojo se ha convertido en una auténtica plaga que afecta a una gran cantidad de Comunidades en España, especialmente las ubicadas en zonas costeras.
Su ritmo de expansión está siendo imparable así como los daños provocados en las palmeras.
Larvas peligrosas
Los adultos del picudo rojo pueden provocar daños en las hojas debido a su alimentación, pero los daños más importantes son los causados por las larvas. Éstas pasan toda su vida en el tronco.
El picudo hembra, tras volar varios kilómetros de distancia y “aterrizar” en una palmera, deposita sus huevos en zonas agrietadas de la planta llegando a depositar hasta 400 huevos de media en tan solo 3~4 días desde su llegada a la palmera.
Los primeros signos de infestación y daños son apenas perceptibles y sólo se dejan ver en una etapa avanzada. La corona y el tronco muestran orificios con exudado viscoso de color marrón y algunas fibras apelmazadas saliendo hacia fuera.
En el interior las hojas se pudren, se vuelven amarillas y se marchitan. Para cuando los daños se han hecho visibles la palmera está seriamente dañada y muere.
Los troncos con galerías que han sido excavadas por las larvas se debilitan y no dan estabilidad suficiente al árbol, y como consecuencia de esto las palmeras se pueden caer.
Lucha constante y eficaz
La lucha contra el picudo rojo de la palmera es declarada como utilidad pública, estableciéndose las medidas fitosanitarias obligatorias para su prevención y lucha y es obligación de los propietarios de las palmeras, el mantenimiento del buen estado fitosanitario de las mismas, y en su caso, la obligación de eliminar aquellas palmeras gravemente afectadas que no puedan recuperarse del ataque del picudo rojo.
Actualmente, la dispersión de la plaga por todo el litoral de la península Ibérica e incluso en zonas de interior, hace que sea imposible llevar a cabo su erradicación.
Lo que obliga a convivir con la plaga y a mantener una lucha constante a lo largo de los próximos años.
El uso correcto de los tratamientos disponibles y la constancia en la lucha garantizarán la supervivencia de las palmeras frente al picudo rojo.
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